El
12 de octubre de 2018 la casa real británica celebraba la segunda
boda real del año, la princesa Eugenia de York ( hija menor del
duque de York, el príncipe Andrés y su ex mujer, Sarah Ferguson, y
novena en la línea de sucesión al trono del Reino Unido) daba el
sí quiero a Jack Brooksbank. La princesa de los ojos verdes lució
magnifica en la capilla de San Jorge de Windsor.
La
princesa había anunciado su compromiso el 22 de enero de 2018,
cuando el príncipe Andrés hizo público el compromiso de su hija
menor, Eugenia con su novio desde hacía 8 años.
El anillo guardaba un gran
parecido con el que el príncipe Andrés había regalado a Sarah
Ferguson para su pedida.
Era
la segunda boda del año en el Reino Unido después de la del
príncipe Harry y Meghan celebrada en mayo de ese mismo año en el
mismo lugar.
La
princesa Eugenia sorprendió a todos con un espectacular diseño de
Peter Pilotto y Christopher De Vos, con escote en V y la espalda al
descubierto, la sorpresa fue la ausencia de velo, la princesa optó
por prescindir del complemento que hasta ahora tradicionalmente
acompañaba a las novias reales.
La ausencia de velo tenía una razón, mostrar al
mundo la cicatriz en su espalda de su operación de escoliosis, que
lució orgullosa.
La ausencia de velo cedió todo el protagonismo al
vestido y a las joyas elegidas como complemento, la espectacular
tiara Greville Kokoshnik inspirada en los tocados rusos, la pieza
está realizada en platino y diamantes incrustada de 6 magníficas
esmeraldas a cada lado y una esmeralda central, que hacian juego con
los ojos de la princesa, prestada por su abuela, la reina Isabel ( la
tiara fue creada en 1919 por la joyería Boucheron para la dama de la
alta sociedad londinense Margaret Greville, de ahí su nombre, y que
a su muerte lego a la Reina madre Isabel) y los pendientes de
esmeraldas, regalo de su futuro marido.
Eugenia a diferencia de su
madre, Sarah Ferguson entró en la iglesia coronada por la tiara.
Sarah Ferguson, madre de la princesa, el día de su boda con el
príncipe Andrés (23 de julio de 1986) , entró en la iglesia
tocada por una corona de flores, salió de la Abadía de
Wentsminster, convertida en duquesa de York y con la tiara York,
regalo de su suegra, la reina de Inglaterra, sujetando el velo. Con
la elección de la tiara, Eugenia también rompía el tópico, se
esperaba que siguiera la tradición y usará la de su madre. La otra
joya que acompañó a la novia fue el anillo de pedida.
La
novia llegó en coche acompañada por su padre, el príncipe Andrés,
a las escaleras de la capilla de San Jorge, y descubrió el secreto,
Eugenia lucía espléndida. El vestido era espectacular con escote
en V tanto delante como por atrás para dejar a la vista la cicatriz
de la operación de escoliosis, que la princesa afrontó con 12 años.
La parte superior hasta la cintura se ceñía al cuerpo para dar paso
a una falda con volumen. Manga larga. La tela iba bordada con la flor
de york. Y Eugenia dio el Sí quiero a Jack Brooksbank.
La
dama de honor fue la hermana mayor de Eugenia, la princesa Beatriz,
quien se abstuvo de hacer un Pippa, y optó por un traje de dos
piezas en azul. Beatriz llegó a la capilla de Sab Jorge acompañada de su madre, Sarah Ferguson.
Entre
los pajes de la novia se encontraba el tercero y la cuarta en la
línea de sucesión de la corona de Inglaterra, los príncipes George
y Charlotte de Cambridge.
Las fotografías oficiales de la boda:
Tras
la ceremonia y el banquete, hubo una cena ese mismo día organizada
por los padres de la novia, los duques de York. Eugenia optó por un
vestido espectacular diseño de Zac Possen al que complementó con
los mismos pendientes de la ceremonia religiosa, las espectaculares
esmeraldas regalo de su ya marido.
El
bonito traje de fiesta no se aprecia bien en la fotografía oficial
distribuida desde palacio, meses más tarde el propio diseñador, Zac
Possen publicó una foto donde se pueden preciar todos los detalles
del vestido como
la capa que salia desde los hombros.