La primera princesa rebelde no fue lady Di, la princesa de Gales fue la continuadora de una bella italiana, que a diferencia de la inglesa fue capaz de conservar la posición y se convirtió en reina de los belgas, Paola Ruffo di Calabria. La bella italiana fue, junto a Grace Kelly, la princesa más bella de los 60 y 70.
Paola llegó a ser reina de los belgas contra todo pronóstico.
La bella italiana nació en una familia aristocrática italiana, su padre era
príncipe de Ruffo Calabria. Paola nació el 11 de setiembre de 1937 (en la
actualidad tiene 78 años) en Forte dei Marmi, en la Toscana. Podía haber sido
una estrella del cine, de hecho lo parecía, sin embargo, durante la ceremonia
de coronación del para Juan XXIII, en 1958, conoció al Príncipe Alberto de
Lieja, el hijo menor del rey Leopoldo de Bélgica y de la fallecida reina
Astrid. El joven príncipe quedó prendado de la belleza de la italiana.
Un año más tarde, el 15 de abril de 1959, la casa real belga anunciaba el compromiso del príncipe
de Lieja con la joven aristócrata italiana. Paola luce desde el día del
compromiso un precioso diamante en su dedo, que a día de hoy sigue llevando.
Al compromiso le siguió un escándalo, la pareja quería celebrar la boda en
el vaticano, para que fuese oficiada por el papa. El gobierno belga, vio en la
boda real, la oportunidad de relanzar la imagen de la monarquía en Bélgica. El
rey Leopoldo había tenido que abdicar en 1951 en su hijo mayor, Balduino,
después de su poco claro papel durante la ocupación nazi del país. El papa
entendió las razones del ejecutivo belga y se negó a celebrar la boda en el
vaticano. Finalmente el 2 de julio de 1959, el príncipe Alberto de Lieja (25
años) se casaba en Bruselas con la bella italiana (22 años). Como es costumbre
en Bélgica primero se celebraba la ceremonia civil en el ayuntamiento de
Bruselas y a continuación tenía lugar la boda religiosa en la catedral de Santa
Gúdula y San Miguel.
Paola lució un vestido diseñado por una sastra napolitana que complementó
con una reliquia familiar, el velo de encaje de Bruselas de su abuela. Nadie
podía pensar ese día, que ese velo sería el velo de las reinas belgas. Alberto
no estaba destinado a ser rey, por lo tanto Paola tampoco. Sin embargo el
destino quiso que en agosto de 1991, Alberto sucediese a su hermano, el fallecido
rey Balduino, en el trono belga. El mismo velo fue usado en su boda, por la
hija de la pareja, la Princesa Astrid, más tarde lo llevaría, la hoy reina de
los belgas, Mathilde en su boda con el hijo mayor de Paola y Alberto, el hoy
rey Felipe. También lo llevaría la esposa del Príncipe Laurent (hijo menor de
Alberto y Paola), la Princesa Claire. La última vez que se usó ese velo, fue en
la boda del nieto mayor de Alberto y Paola, el príncipe Amadeo (hijo mayor de
la princesa Astrid), lo llevó su ahora esposa, Elizabeth.
Paola se convertía en Princesa de Lieja, y la joven tímida se convertía en
la princesa más bella de Europa, sólo Grace Kelly
estaba a la altura de la princesa de Lieja. Paola empezó a brillar en las
cortes europeas.
Desde el fallecimiento de la reina Astrid (agosto de 1935),
Bélgica no había tenido primera dama, la segunda esposa del abdicado rey
Leopoldo (Lilian Baels, Princesa de Rèthy), nunca fue aceptada por el pueblo
belga. Y Balduino permaneció soltero hasta diciembre de 1960.
La princesa Paola no tardo en quedarse embarazada, en aquel momento nadie sospechaba, que Paola estaba esperando al heredero de la corona.
El 15 de abril de 1960, Paola daba a luz al primer hijo de la pareja, que
el destino quiso que fuese años más tarde Duque de Brabante y desde el 21 de
julio de 2013, rey de los belgas, Felipe.
Paola recibía como regalo por su estrenada maternidad, la tiara bandeau de diamantes de la reina Elizabeth, abuela de Alberto. Esa tiara es la única que es propiedad de la reina Paola. Fue la tiara que llevó la hoy reina Mathilde en su boda con el rey Felipe. Fue también la prestada por Paola a la novia de su nieto mayor, el príncipe Amadeo (hijo de la Princesa Astrid).
En diciembre de 1960, el rey Balduino se casaba con la aristócrata española, Fabiola de Mora y Aragón, Paola fue la más bella de las invitadas.
El matrimonio de los príncipes de Lieja parecía idílico, pero no era oro todo lo que relucía.
Dos años después, el 5 de junio de 1962, la princesa daba a luz a la primera y única hija del
matrimonio, la princesa Astrid.
Después del nacimiento de la princesa Astrid, el matrimonio empezó a hacer
aguas. Alberto gran donjuán, mantenía diversos romances extramatrimoniales. La
relación extramatrimonial más famosa de Alberto fue con una aristócrata belga,
con la que tuvo una hija extramatrimonial. La joven Paola, de gran carácter no
quiso pasar por alto estas infidelidades. La princesa abandonó la rígida corte
belga y se fue con un conde italiano, que era fotógrafo en la revista Paris
Match, el conde traicionó a la joven princesa, la llevó a un paseo por las
playas de Cerdeña, avisando a los paparazzi de la época. Las fotografías de la
princesa en bañador abrazada a un hombre que no era su marido, escandalizaron a
la corte belga. Paola que se sintió traicionada por su “amante” volvió a
palacio y el 19 de octubre de 1963 daba a luz a su tercer hijo, el príncipe
Laurent (sobre el que siempre ha pesado la sospecha de no ser hijo del rey
Alberto).
El matrimonio de los príncipes de Lieja seguía en punto muerto, Alberto
continuó sus aventuras. Sin embargo, la prensa belga, muy conservadora, acusaba
a Paola de todos los males de la pareja. Se creó una imagen de la princesa muy
negativa, se la apodaba la “italiana” o la “princesa de las maletas”. Y de
nuevo, se publica otro escándalo, unas fotografías de Paola bailando en
actitud muy cariñosa, en un club inglés, con el cantante ítalo-belga, Adamo. El
cantante escribió una canción “la dulce Paola” que se dice está inspirada por
la princesa de Lieja.
Paola reinaba como la más bella allí donde acudía.
La corte belga se esmeraba por difundir una imagen familiar de los Príncipes de Lieja, sobre todo, porque Balduino y Fabiola, conscientes de la imposibilidad de tener hijos, deseaban que fuese el Príncipe Felipe, hijo mayor de Paola y Alberto, el sucesor en el trono. Siempre se ha dicho que Balduino no tenía intención que Alberto lo sucediese en el trono, pero que su repentina muerte, no le permitió asegurar a su sobrino, Felipe, como su sucesor.
La corte belga era muy conservadora. Paola no se sentía a gusto, rodeada del cerrado catolicismo de Balduino y Fabiola. Se tapaban los desmanes del
príncipe Alberto y se daba publicidad a los de la princesa. Ella que hubiese
podido ser una estrella del cine, se sentía constreñida en la rígida corte.
Desde mediados de los 60, los príncipes de Lieja llevaban vidas separadas, en
los 70 se llegó a plantear un divorcio de la pareja. Nunca se llegó a producir,
la imposibilidad de la pareja real, Balduino y Fabiola para tener hijo,
dificultó el divorcio de los príncipes. A Paola le aguardaba su destino, ser un
día reina consorte de los belgas.
Cuando llegaron los años 80, Paola y Alberto volvieron a acercarse. El 9 de
agosto de 1993 Alberto se convierte en rey de los belgas, por la repentina
muerte de su hermano, Balduino. Paola se convertía en reina consorte de los
belgas con 56 años.
Con el paso de los años, Paola y Alberto parecen haberse re enamorado, es
frecuente verlos en actitud cariñosa. Muy tierno fue el gesto de Paola al besar
a su marido, al final del discurso a la nación, en el que anunciaba su
abdicación en favor de su hijo Felipe. O la emoción de la reina consorte, en la
ceremonia de coronación de su hijo, Felipe.
Paola ahora es una dulce y bella bisabuela. Una mujer que no ha intentado
borrar el paso del tiempo, Paola muestra su belleza natural, hoy la vemos con
su pelo blanco en los eventos familiares, siempre abrazada a su marido.
La rebelde princesa que el destino quiso que fuese reina consorte de los
belgas, madre de rey y abuela de la que será primera reina de los belgas, la Princesa Elizabeth.
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